Coworking
¿Qué es el coworking?
El coworking es un concepto que surge de la combinación de collaborative (‘co’, colaborativo) y work (trabajo), es decir, trabajo colaborativo.
Desde hace unos años, este anglicismo nos suena muy familiar, puesto que esta modalidad de trabajo se ha extendido en muchas profesiones.
Básicamente, consiste en compartir un espacio de trabajo, tanto físico como virtual, para desarrollar proyectos profesionales que pueden fomentar otros proyectos conjuntos.
Esta modalidad permite a profesionales de diferentes sectores compartir un mismo espacio sin perder su independencia.
Los espacios de coworking son oficinas compartidas en las que profesionales autónomos, teletrabajadores, pymes y emprendedores se reúnen para trabajar en diferentes actividades que pueden dar lugar a potenciales proyectos en común. Es decir, el coworking puede generar oportunidades profesionales de diversa índole.
Por lo general, se trata de profesiones en las que solamente se necesita un ordenador portátil y conexión a internet, como periodistas, programadores informáticos, diseñadores gráficos, gestores de comunidades online, comerciales, etc.
¿Cómo funciona el coworking?
Como decimos, lo normal es que el coworking sea un modelo de trabajo utilizado por profesionales que únicamente necesitan un ordenador y una buena conexión a internet para trabajar. Como mucho, pongamos que también se necesita un teléfono.
Entonces, el funcionamiento es bastante sencillo. Llegas a la oficina, enchufas el ordenador y te pones a trabajar.
Para quienes son freelance o autónomos, esta modalidad de trabajo es la más cómoda y económica, puesto que se comparten gastos y se puede elegir entre tener en la oficina de coworking un puesto flexible o un puesto fijo. El primero es más acorde a los considerados como ‘nómadas digitales’ y el segundo, para quienes no requieren de muchos medios para trabajar pero quieren ahorrar gastos.
Una vez se tenga claro esto, únicamente habrá que pagar la cuota correspondiente para poder hacer uso de la oficina y ponerse a trabajar.
En ese espacio de trabajo tendrás todo lo que necesitas para desarrollar tu actividad, incluido un lugar para reunirte con clientes o la posibilidad de imprimir documentos. Esos gastos, claro, van incluidos en tu cuota. Y hay otras muchas ventajas:
- Se comparte espacio con otros profesionales con los que se pueden generar oportunidades laborales.
- Es una alternativa flexible para quienes trabajan por su cuenta.
- Se ahorran gastos porque se comparten.
- Es un modelo de trabajo más social, porque se entablan relaciones con otros profesionales.
No todos los profesionales pueden permitirse cargar con todos los gastos que suponen tener que alquilar una oficina para ellos. A raíz de la crisis económica de 2008 surgieron muchas iniciativas de economía colaborativa y el coworking fue una de las más destacadas, puesto que hizo posible que muchos trabajadores y pequeños emprendedores pudieran continuar con su actividad e incluso iniciarla en un momento difícil desde el punto de vista laboral.