DMCA
Las siglas DMCA provienen de las palabras inglesas Digital Millenium Copyright Act, que en español vienen a significar algo así como la Ley de Derechos de Autor del Milenio Digital (de la época actual, en la que prima el ecosistema virtual).
La DMCA fue aprobada en EEUU allá por el año 1996 y su objetivo era claro: poner un límite cabal al tipo de responsabilidad que debe afrontar una plataforma de contenidos audiovisuales debido a las infracciones de derechos de autor cometidas por sus usuarios. Esto es, que los responsables de dichas plataformas no estén obligados a pagar por lo que hacen mal quienes las utilizan, pero a la vez determinar una responsabilidad apropiada para ellos.
Eso sí, limitar la responsabilidad del proveedor no le exime totalmente de ella. La DMCA determina que los responsables de las plataformas digitales deben implementar medidas que minimicen al máximo este tipo de prácticas y, de paso, eliminar cualquier tipo de contenido que no cumpla con las directrices de la citada ley.
Además, la DMCA también afecta a los posibles recursos tecnológicos diseñados específicamente para eludir las medidas existentes contra la violación de derechos de autor.
La ley DMCA en Streaming
La llegada del vídeo en streaming y el auge de plataformas como Youtube o Twitch, en las que los creadores de contenido pueden emitir vídeos en directo, hizo que el cumplimiento de la DMCA se complicase aún más, ¿cómo controlar todos los millones de contenidos audiovisuales que se generan al mismo tiempo en todo el mundo?
La tarea es ardua, desde luego, y la maquinaria legal estadounidense ya está tomando medidas contra este serio problema para los titulares de estos derechos de autoría. Plataformas como Twitch, por ejemplo, tienen a multitud de profesionales trabajando para asignar strikes a todo aquel que utilice contenido protegido. Dichos strikes, avisos, pueden conllevar el cierre definitivo del canal de vídeo en streaming en caso de que el usuario decida hacer oídos sordos ante las advertencias.
Eso sí, próximamente el tema de la DMCA podría ponerse aún más serio. Al parecer, está barajándose incluso el imponer hasta 10 años de prisión a los generadores de contenido que utilicen contenido protegido sin pagar ningún tipo de licencia por él.
Conviene tener claro que comprar un videojuego, o una canción, no autoriza a reproducirlo vía streaming, sino a hacer un uso personal del mismo. De ahí que todo streamer que quiera utilizar un material protegido en sus streamings deberá siempre poder demostrar que ha pagado por los derechos que ello implica.