Video 360
La tecnología del vídeo 360, también llamado ‘vídeo inmersivo’, se ha convertido en una auténtica sensación. Básicamente, se basa en la captura de una imagen panorámica que apunta hacia todos los puntos posibles, proporcionando una experiencia totalmente distinta a la que habíamos vivido hasta ahora en nuestras pantallas, una experiencia en primera persona sin necesidad de dispositivo alguno más que una pantalla ante nuestros ojos.
Además, un vídeo 360 permite elegir en todo momento la perspectiva de la que se quiere disfrutar, pudiendo moverla en todo momento, tanto con el vídeo 360 en pleno funcionamiento como si está detenido, lo que es una auténtica locura para aquellos usuarios que no hayan experimentado nada más allá de la clásica perspectiva bidimensional.
¿Significa esto que el vídeo 360 es realidad virtual? No, para nada, la realidad virtual está basada en la generación de nuevos mundos 100% reproducidos digitalmente, mientras que el vídeo 360 muestra un mundo totalmente real, solo que visto de una forma totalmente novedosa.
Sin duda alguna, el vídeo 360 representa una nueva forma de hacer las cosas y sus aplicaciones tienden a infinito, ya que poder proporcionar una experiencia así de inmersiva a los usuarios puede hacer que los contenidos audiovisuales que utilicen el vídeo 360 entre sus recursos consigan un grado de TER (True Engagement Rate) mucho más elevado que cualquiera de sus competidores.
Uno de los principales fuertes del vídeo 360 es que, a diferencia de otras innovaciones tecnológicas del estilo, su uso resulta tremendamente intuitivo para quien lo visiona. En una pantalla de ordenador basta con clicar en el vídeo y dirigirse hasta el punto de vista deseado, mientras que en los dispositivos móviles el usuario tan solo tiene que girar su cuerpo como si se encontrase dentro del vídeo o un evento como un concierto para ir cambiando de perspectiva.
Cómo grabar un vídeo 360º
Para grabar un vídeo 360 tan solo se necesita una cámara apropiada, aunque lo realmente importante es el software con el que se editarán los vídeos posteriormente. Las cámaras 360 están preparadas para facilitar la labor, pero lo cierto es que si disponemos de varias cámaras deportivas y de un soporte apropiado, podremos crear igualmente un vídeo 360 de altísima calidad.
El secreto está en el proceso de ‘cosido’ de los distintos puntos de vista, denominado stitch, para el que hace falta un programa informático diseñado específicamente para ello. Después solo habrá que encontrar una plataforma de vídeo que permita la ingesta de los vídeos 360 y, por supuesto, proporcionarle los datos necesarios para que esta identifique que se trata de un vídeo 360 y que queremos que lo reproduzca como tal.
Por lo general, las aplicaciones informáticas nativas, las que proporcionan los fabricantes de las cámaras 360, suelen exportar los vídeos perfectamente preparados para su publicación en medios sociales. Sin embargo, en caso de utilizar softwares de edición de vídeo externos nos tocará introducir manualmente todos los metadatos para que el vídeo 360 luzca exactamente como nosotros queremos.